TUESDAY, JULY 4, 2017
Ayer hablando con Daniel, un chico entusiasta que nos visita en el dojo, sobre el tiempo de práctica de cada uno, mis cálculos dan para unos 20 años aproximadamente en el camino y tal vez con Pedro unos 16 o 17…
Recuerdo la mirada de sensei cuando me preguntó cuando llevaba entrenando.
Estábamos en su oficina mirando los libros dónde apunta los 15 danes de todos los países, miro el libro dónde estaba Colombia, acomodó sus gafas de lentes grandes, me miró con unos ojos profundos y me dijo: “Pasa tan rápido, ¿verdad?”.
Y si querido Sensei… pasa tan rápido.
Realmente creo que soy incapaz de recordar muchas técnicas y movimientos de los que he aprendido, tanto por nombre como por su forma.
El tiempo ha pasado y lo único que conservo es una cantidad de recuerdos, vivencias y sensaciones.
Hay también muchos objetos que actúan como anclas de la memoria, una vez los tocas, los sientes, los hueles (Aunque no tengo olfato), el momento reaparece en la mente, la vivencia florece nuevamente y mi corazón siente la transmisión como un eco en el universo.
Realmente no soy maestro de nada, realmente no soy experto en nada, ni siquiera me considero talentoso o especial, creo que lo más apropiado sería describirlo como lo hace el tío Lucas en la película de la familia Addams “He estado por ahí y uno toma cosas” (I´ve been around, you pick up things).
No sé si lo que yo he llevado conmigo sean las enseñanzas adecuadas, o mi interpretación de las mismas, a la final Pedro y Sensei dicen cosas y yo las entiendo como yo soy, no como realmente son, es tal vez con el tiempo que he entendido que mientras más me olvido de mi y dejo de tratar de entender es cuando realmente no estorbo el sentido de la transmisión.
Muchas veces cuando pienso en algo que dice mi maestro o Sensei y empiezo a “teorizar” al respecto, realmente lo que estoy haciendo es encajar sus palabras en mi conjunto de parámetros de lo que considero “La verdad”.
De los cuales estoy seguro hoy que ninguno es verdadero, todos son ángulos desde mi única y sesgada perspectiva.
¿Una verdad parcial es una mentira a medias?
“Una mentira repetida la suficiente cantidad de veces, termina convirtiéndose en una verdad”
Joseph Göebbles (Visto en “Un tigre de papel”, documental de Luis Ospina, el cual no he terminado de ver).
Es interesante como incluso una persona puede existir si todas las pistas para su existencia son “convincentes”, muchas veces el testimonio de algo es el que lo hace existir, más que la real naturaleza tangible del objeto.
Hace tiempo, aún en ocasiones, he tratado en clasificar a algunos artistas marciales como “Reales” o “Fans del budo”, obviamente siempre me he considerado yo la medida (Pequeño Narciso Megalomaniaco).
Cuando la gente no va a mi ritmo, o el que creo que se debe seguir, entonces digo “Realmente no es un artista marcial, realmente no tiene compromiso”.
Es curioso lo fácil que paso a juzgar a otras personas cuando cometen las mismas faltas que yo he cometido.
Recuerdo una vez mi maestro me dijo “Las personas en los dojos son como los animales, hay mosquitos que duran un día y tortugas que viven 100 años”.
Cada ritmo está bien pienso hoy.
Durante la clase de ayer comenzamos con técnicas de Hanbo que se transformaron en técnicas de espada y cuchillo para terminar con combate cuerpo a cuerpo, era la misma técnica, el mismo principio…
La receta de cocina “Waza” (Técnica básica), decía Hanbo.
Más allá del escenario, considero que para entender el principio tras la técnica hay que mirar el fondo y no la superficie. La condición externa de la técnica, creo yo, es circunstancial, el todo es salir vivo del combate y proteger la vida (La del enemigo, el amigo o uno mismo).
Si el ataque es un puño, una patada, con un arma, con uno o más oponentes, realmente no es importante. No es posible detenerse en un combate y decirle a tu oponente “Tu ataque está mal”, el combate (Y la vida tal vez), no conocen de teoría…
Aceptar lo que viene con un corazón abierto requiere un coraje enorme, es por eso que creo que se llama el camino del guerrero.
El miedo es natural, y es curioso como en ocasiones da más miedo cuando las cosas están bien que cuando están mal.
Salir de nuestra zona de comodidad, sin importar lo incómoda que sea en realidad, siempre plantea un desafío…
“Un guerrero no vino a ganar o a perder, vino a luchar” (Palabras más palabras menos)
Carlos Castaneda
Unos pensamientos en un día cualquiera
Komyo Ryu alumno de Un Ryu
David…